domingo, 22 de mayo de 2016

El canto de la sirena (Santiuve - El lado oscuro y otros retales) (2011)



No sé que busco pero sigo y cada paso me hace más cercano,
sé de primera mano que ahora casi siempre gano
pero todavía se como me llamo,
ya no amaino, a mí no me ladran sabuesos,
no miro por encima aunque me cueste a veces, que se maten ellos.
No ciegan destellos falsos, mi capacidad para alimentar fracasos
si merece aplausos, ya no caigo,
ni para bien ni para mal, ya no caigo
-me gusta mentirme de vez en cuando-.
Salto las viñetas de días grises, me dejaré llevar,
advierto de lo que haga y me excuso de lo que ya hice,
quiero prosperar que, por esperar,
podría incluso madurar como aquel que dice.
Por excelencia hombre conversación, no me tiro flores,
soy el 90% fruto de mis desamores,
amiga, no soy el que más o menos liga,
yo no te llevo a la cama, te cambio la vida.
Santiuve, anciano en cuerpo de chaval delgado,
la suerte a favor del dado siempre, no soy especial,
me evado en la cumbre, en el pico nevado,
a la sombra de mis inquietudes y evito alojar lo malo.
Me intentan
comunicar algo tus labios pero tiemblan.

¿Qué pena empujas que llega a mi orilla tu canto Sirena?
A veces los sentimientos se enfrentan.

Ignoro una posible cura a un corazón en llamas,
si abro los ojos abro mis heridas y no tengo ganas,
mi egoísmo sólo suma canas,
me hace solitario y viejo a estas edades aun tempranas.
Hablan de un niño prodigio ya por Alicante.
Hablan un de crío mimado y a su vez brillante.
Hablan de un chaval ausente, flaco y elegante.
Hablan mucho pero a mí me da igual lo que hablen.
Arden como tantos antes, aunque quieran que no andes,
ante obstáculos hice mis cálculos cogí mis bártulos y
pasé de tu posee de farsantes,
prefiero a mis sonámbulos soñando los versos, pensando en grande.
Y sé que sólo yo tengo el papel que desempeño,
que no formo parte de tu gremio, no quiero dejar de ser pequeño,
único, sin ser un genio.
Una vida, un amor, un sueño.
Evito que taches, he visto baches, no me cachees,
si alguna vez me desinflé puse parches, tan simple es,
lo que no mata cultiva la experiencia, algo falta,
pero morir de pena es egoísta ya que no hay herencia.
Me intentan
comunicar algo tus ojos pero no me encuentran.
¿Qué pena empujas que llega a mi orilla tu canto Sirena?
Será que las verdades no contentan.

Lágrima que ha secado, apenado sigo a pesar,
mente, alma, corazón involucrado -no molestar-,
mi malestar y mi paz en mi mano están,
pero tan sólo un instante porque vienen y van.
Nadie me advirtió que de pensar llegara a odiarme,
los pájaros de mi cabeza son buitres con hambre,
liendres digieren mi carne, mastican mi karma,
mi bolígrafo en caso de alarma, deja que me arme.
Cualquiera sabe y se desliza en una superficie lisa,
la vida es gratis pero no te avisa,
coge el matiz de la grisalla que hace de cielo,
cógelo, congelo el tiempo si hace falta pero date prisa.
Tanta noche en vela, tanta vela que se apaga,
tanta nostalgia incoherente de veladas fantasma,
tanta pena que hace nudo en la garganta
¿Qué esperabas de un poeta de medio pelo que vive a pinceladas?
Quiero mirarte a los ojos y ver una amiga,
0no a la mujer de mi vida tantas veces perdida.
Leo envidia en los ojos que adivinaron lumbre en mí,
y se confunden, soy un desquiciado aunque ya tenga un nombre.
Mira, sé que me intentan
comunicar algo tus gestos pero desconciertan.
¿Que pena empujas que ya no distingo tu llanto Sirena?
Sus lágrimas se perdieron en la tormenta.

Y si nadie escribe cosas mas profundas
es que nadie sabe formular preguntas,
la verdad y la apariencia son presuntas
implicadas por igual en el delito.
El amor de mi familia es todo lo que necesito,
en un árbol genealógico infinito,
la metáfora es una aliada mía desde chico,
una imagen algo difusa que no deja lugar a dudas.

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