Tengo la esperanza
de que mi verdad venda
antes de que mi piel
se encienda, sé bien que mi papel
no hay quien lo
entienda pero ten paciencia,
mi seso y sus zigzags,
insulso y sin disfraz, me enfrenta,
pero ya no hay
venda, estoy en paz.
Desobediente y sin
vergüenza a la fuerza,
a la mierda, ya no
hay quizás, la vida es un pis pas,
mi alma roca, mis
alas cristal,
si te distraes y hay
ventisca agárrate a mis tracks.
¿Oyes el tic-tac de
la cuenta atrás? ¿es arbitrario?
al cuello llevo un pen
drive, no el Rosario, no me hagas hablar…
nadie emite un solo
fallo objetivo, y si callo otorgo,
y no me da la puta
gana ya.
Estoy aquí por
convicción propia,
sin discográfica y
sin novia, ultrajando mi pena y mi gloria,
Deltoya, si, sé de la ansiedad al pasar la boya,
y la respiro fuerte,
cada vez más.
Cuento las horas ¿me echas de menos ya?
me volví loco muy
joven, incluso antes de probar las drogas,
estos versos que ni
pasan de largo ni están de moda
son los cuernos que
sostienen mi aureola.
En el aire, como una
espora, y con suerte,
y eso que el rap no
me da guita ni me condecora,
qué fuerte, me la quita
y hasta me ha hecho llorar,
mi pasión ya podía
haber sido otra y no rimar por rimar.
Rezar al azar, sabes
a lo que me refiero,
el cuento de nunca
empezar, el mismo pero,
obrando por amor
pero cobrando dinero
porque este mundo es
mísero y no como yo quiero.
Huyo de círculos que
exijan vínculos, no tengo títulos,
tengo sangre:
ventrículos, testículos.
El niño que sale en
la foto me preguntó –¿quién eres?-
le dije -tú- y me
dijo –no puede ser-.
Y ahora soy una flor
sin forma,
extravagante y poco
predecible,
aunque siempre es
más creíble quien peor se informa,
así que no sé de que
coño sirve.
Todo sigue igual, si
la montaña no va a Mahoma
habrá que levantarse
del sofá y sacudir la lona,
ser mejor persona
pero sin forzar,
y acudir a una
manifa en pro de un nuevo orden mundial…
paso, estoy al
margen de todo a priori,
admirable es un shaolin
o un yogui ¿es el Hip hop un hobbie?
detrás de mis ojos
están mis celdas,
si dijera lo que
pienso me estaría cerrando puertas.
Me fui de casa, mis
padres podían ver mi cuerpo,
y mis amigos, pero
yo ya no cabía ahí dentro,
y, como un tic
inevitable, me fui escapando,
y se me hizo tarde,
tanto que se me hizo eterno.
Es por eso que si
estuve cuerdo no me acuerdo,
y si hablas conmigo
da la impresión de que aún no he vuelto,
y a veces se adivina
en mi inseguridad
ese niño escéptico,
egoísta, desorientado y con talento.
Con una media de
treinta personas por concierto,
a veces menos, y
nunca me importó, venían a verme a mí,
y eso si ya es una
cuestión de orgullo,
mi logro será
pequeñito, pero no es tuyo.
No quiero que
entiendas la metáfora,
mi meta ahí fuera es
otra, todo llegará.
Observa el baile de
átomos y di para ti:
Yo no soy nadie, siendo
tan poco se puede existir.
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