viernes, 12 de noviembre de 2010

Vértigo (Santiuve - Crónicas de mis ucronías) (2009)


Yo que nunca tuve suficiente buena voz,
ni músicos que tocaran para mí,
yo que no se tantas cosas por desgana,
con todo tan a mano y aun así,
yo que abría la ventana para ver el sol,
y llegaba la luna y seguía ahí,
yo que pude ser feliz con casi nada,
y tu que apareciste por que si…

Por que si no me quedo en la cama, que se me da bien,
escapo y nada me llama, nada ni nadie,
puedo acercarme a la llama, escupir al aire,
a lomos de mi corcel, tengo que hacer en esta cárcel,
por que si no me quedo en mi casa, y que toque alguien,
ven tú y dame la brasa, que se te da bien,
no me preguntes que pasa, y que no me ladren,
a lo más que pasen, el mundo será de ambos en parte ¿no?

Te puse precio,
hice pedazos las hojas de las canciones que alojaban tu silencio,
si digo que pude oler el humo miento,
pero tu mirada fue lienzo y la sed pintó un incendio,
cuantas veces tiraste abajo el templo de mis ideales,
que secaron estos manantiales,
que abonaron la planta de la desconfianza hacia los mortales,
que ninguno sabe lo que vales,
cuantas veces ha llovido en carnavales,
sin saber que hacía mi avión de papel en tus hangares,
llueve cada tarde un poco y no parece grave pero tengo tu paraguas,
si sales quiero que te cales,
un príncipe con piel de sapo como yo no sabe
que un beso puede ser la puerta pero no la llave,
lloro la sangre que luego bebo en bares,
y muerdo las fotos en las que sales…

Por que si no me como tu cara, aunque sea tarde,
aquí se encendió una bengala, y salí a la calle,
sobrevolé esa cascada, como las aves,
sin ceñir el lagrimal a descoser en balde,
por que si no me quemo en la tasa que no pagué ayer,
y con la mano en la masa sacudo la hiel,
herida que se hace a la gasa no muda la piel,
aso en papel mi cardenal aunque lo sufra en carne.

(Me comen los celos
en el después de un antes,
anclado en un pretérito,
cegado.)

Asustaste el miedo,
pero alimentaste el hambre,
la vida me da vértigo…
¿qué hago?

Cursilería que nunca salió:

Ya dará igual cuando vengas
al pie del calor modesto
que medio abatido asoma
de mi corazón de fuego,
y si hablamos distintas lenguas
te diré ciao con un gesto,
harto ya de aprender idiomas
para decir te quiero.

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